overlaylink

Un programa de doce pasos para escribir más y navegar menos por Internet

mayo 04, 2017 | 7 lectura mínima

Editado: 10/05/2017

Vienen hacia ti, presionando tus nervios, tu cordura, la base misma de tu existencia.

Un chirrido, un bip, un silbido, una sirena, un "ahuga"... tu celular está haciendo su interpretación de teatro del legendario frijol saltarín mexicano. El aparato prácticamente está bailando la Macarena sobre tu escritorio.

«Querido señor», le suplicas a una de tus deidades paganas, «por favor, hoy no. ¡Hoy no! Tengo trabajo que hacer... Cualquier cosa menos eso...».

Pero, aun así, como ese perro proverbial de la fama pavloviana, avanzas con paso decidido. El canto de sirena de una notificación te levanta del suelo por los pelos de la barbilla. Elevado, con los pies rozando la tierra, la mirada de un tonto nublando tu cabeza sobrecargada por el TDAH. Te apoyas contra tu frágil muralla, sin querer ver; ese camino te espera, fatalidad y tristeza. Aun así, tus ojos, esos pícaros traidores, trabajan por su cuenta. Solo un vistazo, te dices. Un pequeño, diminuto, casi insignificante parpadeo, y luego de vuelta al trabajo. ¿Qué daño hará?

¡¿Qué?! Tus ojos se convierten en huevos fritos gigantes. Un bikini blanco y fino, un cuerpo desfallecido y un brazo, que no es el tuyo, deslizándose sobre un vientre firme. "¡No se veía así conmigo! ¿Y quién es esa?"

Tu día se ve secuestrado por visiones de la escapada de tu ex a Cancún. Mañana, quizás, un paseo por el canal de YouTube de Gordon Ramsay. Al día siguiente, una expedición de investigación sobre los divorcios legendarios de Hollywood. El viernes, un troll en particular te reta. Y así sucesivamente. El trabajo se acumula, construyendo campamentos por toda tu oficina.

Bueno, ¡es hora de salir de eso! Así de simple. Una cosa es relajarse, y luego está RELAJARSE. Si tu gato, que, como todos los felinos, parece estar permanentemente drogado, se acerca y grita: "¡Levántate, vago! ¡Haz algo!" Entonces, sin duda, has cruzado la línea. Hora de exorcizar esos demonios digitales. Hora de ponerte como Chuck Norris en esa cacería de Pokémon Go que de repente se ha convertido en el famoso Pikachu en tu espalda. Adentrarse en la noche de Facebook, Twitter, Pinterest, Instagram, Snapchat y todos tus primos. Tisk, tisk, tisk, en esa obsesión desquiciada por Candy-Crush que se vuelve como Linda Blair con tu productividad; vómito verde por todas partes, la cabeza haciendo giros y jive, acusaciones escandalosas de las hazañas de tu madre al estilo Hollywood Hill en el Infierno. Es hora, amigo mío, de ponerte las pilas.

Los Doce Pasos

Paso uno: reconoce que eres impotente: tu Wi-Fi te tiene agarrado del cuello y tu iPhone te tiene atrapado.

Es hora de aceptar que, por desgracia, no tienes autocontrol. Tú, como el 90% de la población, has sido golpeado por esta era digital. Todo está ahí, con solo deslizar, pellizcar y activar. La procrastinación se está inculcando lenta pero metódicamente en nuestro ADN. Nos hemos convertido en vacas; alimentadas con datos, controladas, felices pastando en el campo mientras haya un tuit de Selena Gomez que nos aleje del aburrimiento.

Segundo paso: Un poder superior a nosotros mismos: comernos la rana primero.

En tus aventuras por este mundo tan inestable, te darás cuenta de que existe un poder superior a nosotros mismos. No, no es Dios, Krishna, Zeus ni Odín. No, ninguno de ellos. Me refiero a Jobs, Da Vinci, Einstein, Rockefeller, Churchill, Gates, Patton, Twain y Wilde. Los ambiciosos. La mayoría jugaron a lo grande, pero también hicieron grandes cosas. En lo único que coincidían era en esto: CÓMETE LA RANA PRIMERO.

En cuanto te levantes, haz esa cosa que te amarga el ánimo. Esa actividad que te pesa como una espada. Si no la haces, perderás la concentración a lo largo del día. Mirarás cosas brillantes durante horas solo para mantener a ese horrible cabrón a un lado.

Paso tres: es un sprint, no un maratón.

Trabaja en momentos de energía. Haz una lista de las tareas que tienes que terminar ese día y nunca intentes hacerlas todas a la vez. Si intentas resolverlas con el grupo, terminarás ensangrentado y machacado; apaleado hasta el punto de "ya sabes qué". Elige a un lobo solitario de tu lista y no lo sueltes hasta que lo hayas domado. Puede que te lleve diez minutos o una hora, pero trabaja como un loco en ese único proyecto. Después de enterrar a ese asqueroso idiota a dos metros bajo tierra, tómate el mismo tiempo para relajarte. Repite el proceso.

Paso cuatro: eliminar las distracciones.

Hasta que te transformes en un ninja de la producción, un gurú de las tareas, un Svengali centrado en el trabajo, tendrás la capacidad de atención de un jerbo con metanfetamina. Así son las cosas, y tendrás que aprender a vivir con ello. Gracias a todos tus gadgets, te has convertido en ese niño pesado del instituto que bebía Coca-Cola todo el día y vibraba entrando y saliendo de esta dimensión durante la hora del almuerzo. Por eso, elimina todas las distracciones mientras trabajas. Eres un alcohólico, pero en lugar de José Cuervo, te das tu dosis con tu iPad.

Limítese a una ventana o aplicación en su navegador.

Apaga tu teléfono celular.

Destruye, destruye y aniquila tus viejas tareas. Libera espacio analizando lo que ya lograste y lo que es pura basura.

Trabaja en un lugar parecido a ese agujero donde tiran a los prisioneros cuando se portan mal. Te atraparon con una navaja, y ahora te toca el aislamiento.

Paso cinco: Zen en tu zona.

Una billetera, una casa y una oficina pueden decir mucho de una persona. Si tu billetera ha logrado realinear tu columna vertebral, tu casa parece necesitar la intervención de un acaparador y tu escritorio se ha convertido en un microambiente biológico, entonces es hora de ir a tu 7-Eleven local. Consigue una caja de cerillas y una garrafa de gasolina y cocina ese desastre. Empieza de cero y con un estilo minimalista. Una vida ordenada es una vida en paz.

Paso seis: Manejar las transiciones.

Tu día entero está lleno de una serie de tareas, ya sean legítimas o abrumadoras. Saltas de una piedra resbaladiza a otra. Te despiertas al final de una orilla fangosa, con un río negro y embravecido ante ti, y tu objetivo es llegar al otro lado antes del anochecer. O, si eres fan de Frogger, eres ese sapo suicida. Antes de lanzarte a la nueva intersección o saltar a la otra roca, tómate un momento para respirar y poner las cosas en orden. La vida familiar, la vida laboral, el tiempo libre, el tiempo libre, el tiempo personal, todo funciona con diferentes vibraciones. Tómate de diez a veinte minutos antes de lanzarte a una nueva pelea o a un nuevo parque; ponte en orden y cambia de marcha.

Paso siete: Haz como Bruce.

Si notas que tu mente se inquieta y quiere escabullirse, no dudes en acompañarla. Como Springsteen, naciste para correr. Toma la Thunderroad, pero no con el celular. Sal, a la selva, quizás por esos callejones, o por las calles de Filadelfia. Disfruta, porque puedes, de un "Frozen" en la Décima Avenida. Siéntate en un banco y reflexiona sobre el incidente de la calle 57. Piensa en tu ciudad natal. Pero, sobre todo, recuerda estirar las piernas incluso si te encuentras junto al río, con la lluvia cayendo sobre tu cabeza, esperando un día soleado.

Paso ocho: suda como un superhéroe.

Entre treinta minutos y una hora de ejercicio físico pueden hacer maravillas con el estrés y la ansiedad, esos dos molestos problemas que afectan tu concentración. El ejercicio aeróbico de alto impacto los somete. Al dejar tu grasa corporal en la acera, descubrirás que, además de todos esos depósitos de comida rápida, también verás tu celular en el espejo retrovisor.

O, si correr no es lo tuyo, entonces busca un pasatiempo que requiera fuerza física en lugar de inteligencia. Es un buen momento para aprender a tocar la guitarra.

Paso nueve: Estimulate a ti mismo.

¡Atención! Lo que quiero decir es que intentes hacer que las tareas aburridas sean interesantes. Los estudios demuestran que un nivel constante de estimulación adecuada es fundamental para la atención. Una estimulación demasiado baja significa que una tarea es aburrida. Una estimulación demasiado alta significa estrés o ansiedad.

Reproduce algo de música tranquila y relajante, me atrevo a decir, “música de ascensor”.

Compra una bolsa de dulces y recompénsate cada vez que termines una tarea.

Tómate un largo descanso para almorzar.

Habla con tus compañeros de trabajo una vez por hora.

La clave está en encontrar tu "zona". La estimulación es un concepto complejo; aumenta tu atención, pero solo hasta cierto punto. Una vez que alcanza su punto máximo, se vuelve contraproducente. Empiezas, por ejemplo, a tocar un solo de guitarra aérea en tu cubículo, sin prestar atención a todos esos errores que tienes que introducir en Excel.

Paso diez: el diálogo interno.

Consigue esos pompones imaginarios y anímate hasta la meta. Los estudios han demostrado —porque, de alguna manera, siempre lo hacen— que cuando te encuentras indeciso, cuando crees que no lo lograrás, lo mejor es actuar como un loco y empezar a hablar contigo mismo. Sé tu propio entrenador. Repite conmigo:

“¿Qué necesito hacer ahora?”

“Quédate con ello; quédate con ello; quédate con ello”.

"Ya casi estás ahí."

¡Gusano asqueroso! ¡Me das asco! ¡Cuelga el teléfono!

Paso Once: Cuéntale a todos sobre tu noche de apertura.

Aquí tienes un truco: si todo el mundo sabe que saliste a hacer algo, hay más probabilidades de que lo logres. Si has creado una expectativa, lo más probable es que la cumplas. No hay nada peor que quedar mal delante de tu familia y amigos. Así que, la próxima vez que intentes tachar algo de tu lista de deseos, cuéntaselo a alguien cercano. Esto te generará un sentido de responsabilidad.

Paso doce: Mantenga dos listas de cosas por hacer.

La primera lista es como un diario de pensamientos; anota todo lo que te venga a la mente. Anota absolutamente todos los impulsos que te distraen y que te afectan. "Revisar Facebook"; "Tuitear esto y aquello"; "Escribirle un correo a un amigo del instituto"; "Recoger la ropa sucia". Esta enorme lista te ayudará a mantener la mente despejada. Ya no sentirás la necesidad de hacerlo todo a la vez porque podrías olvidarlo. Anota tus pensamientos y revísalos después del trabajo.

La segunda lista es la importante. Esta, este catálogo fundamental, debe incluir como máximo tres elementos: aquellos cruciales para obtener una sensación de logro al final del día. Establece tres grandes objetivos para el día y felicítate cuando los logres.

noviembre 21, 2025 4 lectura mínima

For the release of Sailfish, our new firmware update for Smart Typewriter Gen3 and Traveler, we created a brand-new boot-up animation to surprise and delight our writers.

We worked with talented Danish animator Mathias Lynge to bring our experience of the writer's journey to life.

We had a blast visualizing the writer's journey in this new way. Our engineers also had a blast (or something less than a blast) figuring out how to adjust this fun, playful animation to E Ink's very tricky specifications. Hello, refresh rate woes! But we think the result is pretty fun.

"The little animation made my day when I noticed. I love a good flourish."

- Freewrite user

The process of creating this animation was long and full of Zoom calls where we deeply discussed the writing process. We were struck through those conversations by how much overlap there is in creative processes of all disciplines.

So we sat down to chat with Mathias about his creative process and what it's like being a full-time animator.

ANNIE COSBY: Let's start with the basics. What kind of art do you make?

MATHIAS LYNGE: I'm a 2D animator and motion designer working freelance with a wide range of clients. The style varies depending on the project, but it’s usually either a hand-drawn look animated frame-by-frame on a drawing tablet, or a more digital, vectorized look made in After Effects.

While much of what I do is commercial work, I try to keep up with my own passion projects as well. That could be a 10-second Instagram loop of a nature scene, or an interesting character design I’ve sketched down with a pencil. It’s there that I get to sharpen my skills and try out new techniques, which often find their way into later client projects.

AC: You often share educational content on social media for other artists. Are you formally trained, or did you teach yourself?

ML: I’m mostly self-taught. I’ve been drawing for as long as I can remember, but it wasn’t until I went to university that I realized drawing could become a career.

When I first heard terms like “motion design” and “The 12 Principles of Animation” I was on a student exchange program at UCSB in California, where I had chosen a class called "Introduction to Animation." It was a big eye-opener for me, and from that point I was hooked.

But it’s mainly been online YouTube tutorials and my existing drawing experience that have taught me what I know.

Now, I have a big presence on social media, where I share my art as well as educational content centered around animation in Adobe After Effects, so I guess you could say that I'm also an animation influencer!

I’ve been drawing for as long as I can remember, but it wasn’t until I went to university that I realized drawing could become a career.

AC: That's actually how I first found your work. Do you have any specific artists who inspire you?

ML:In the world of 2D animation, I have a list of personal heroes that inspire me with their unique style: Reece Parker, Ariel Costa a.k.a. BlinkMyBrain, and Tony Babel, to name a few.

I also find a lot of inspiration from illustrators and painters I discover online, on platforms such as Pinterest. Last year I made a sparkling water animation that was heavily inspired by Cornwall-based artist Gordon Hunt. He makes these beautiful nature-inspired pointillist paintings that capture how light hits the ocean using colorful dots of paint. I tried to recreate that effect using After Effects to bring it to life, and it led me to a whole new way of animating within the program.

AC: Where else do you draw inspiration to create your work?

ML: I’m heavily inspired by the nature and cityscapes around me in Copenhagen, and I find that taking long walks through parks or down the streets of my neighborhood really sparks my imagination.

I’ll often carry around a sketchbook to quickly scribble down an idea or a loose sketch of something I find interesting, such as seeing how the light from a lamppost hits the surrounding leaves, or how the wind moves the tree in a certain way.

Then I’ll think to myself, “I wonder if I can recreate that motion using a specific technique in After Effects?”

I’m heavily inspired by the nature and cityscapes around me in Copenhagen...

AC: What does your daily routine look like as a full-time artist?

ML: It varies a lot, but I’m usually either working hard on a client project or tinkering away with a new animation tutorial for my social media channels.

I love being able to switch between the two, and when I’m going through a client dry spell, I find that staying creative and posting animation-related content helps keep me inspired while also putting things out into the world that may lead to my next client down the road.

AC: What's your #1 piece of advice for animators new to the industry?

ML: Keep experimenting and trying out new techniques. There’s no such thing as running out of creativity, and even though many of the things you try don’t necessarily go anywhere, it’s all experience that adds up and expands your toolbox. It’s a muscle that needs to be worked out regularly.

Plus, you’ll have more awesome animation to choose from when you’re putting together your next showreel or portfolio!

There’s no such thing as running out of creativity...

AC: What's one fun fact about you completely unrelated to animation?

ML:I’m a big sucker for history podcasts, especially if they are about ancient civilizations, such as The History of Rome by Mike Duncan.

I find it fascinating to hear how mankind was able to build such great empires without ever knowing what electricity, cars, or the internet are.

--

Follow along on Mathias's creative journey and find his free educational content on Instagram.

To learn more about working together, find him on LinkedIn or visit his website at www.mathiaslynge.com.

Learn more about Sailfish here.

noviembre 19, 2025 3 lectura mínima

The E Ink delay is officially dead. Introducing the Freewrite firmware that transforms typing on E Ink once and for all.

octubre 26, 2025 2 lectura mínima

NaNoWriMo has fallen. A band of rebels known as NoNotWriMo has risen to take its place.

Every November, writers around the globe attempt to write 50,000 words in one month. But last year the organization behind the beloved National Novel Writing Month disintegrated.

In 2025, it's more important than ever to support feats of human creativity. So an intrepid group of humans has banded together to face the antagonist of our age.

Join us in the fight against the Modern Prometheus.