La publicación invitada de hoy es de la editora y autora Susan DeFreitas ( @manzanitafire ), cuya novela debut, Hot Season , ganó el premio IPPY de oro de 2017 a la mejor ficción de Mountain-West.
Si te cuesta establecer una práctica de escritura, no te desesperes. Aunque escribir nunca será un proceso completamente indoloro, hay maneras de hacerlo más fácil (y, por supuesto, más divertido).
Primero, hablemos en serio: la mayoría de quienes quieren escribir nunca lo hacen. O, al menos, nunca se acostumbran a escribir lo suficiente como para terminar ninguno de los grandes proyectos que tienen en mente, ya sea una novela, unas memorias o un poemario.
Digamos que tienes una gran idea, pero no sabes por dónde empezar. O que empiezas con tu proyecto, pero pierdes el hilo, te distraes y nunca lo terminas. En cualquier caso, los siguientes consejos pueden ayudarte a empezar, retomar el rumbo si te has estancado y, finalmente, a terminar tu proyecto.
1) Lluvia de ideas
¿Te aterra la página en blanco? No estás solo. Hay algo en los comienzos que resulta profundamente intimidante, sobre todo cuando se trata del comienzo de algo grande.
La cuestión es que los comienzos se basan en una lluvia de ideas y en soñar despierto, y resulta que mirar un cursor parpadeante en una página en blanco no es la mejor manera de hacer ninguna de estas cosas.
La neurociencia sugiere que este tipo de pensamiento creativo a gran escala —sobre lo que visualizas para tu proyecto, sus preocupaciones, su alcance, incluso la voz que escuchas al respecto— se logra mejor mientras caminas, o en tu mente, mientras realizas otras tareas, o al dormirte por la noche. De esta manera, te asociarás con tu subconsciente, abriendo la puerta a conexiones asociativas que simplemente no surgirán si intentas forzarlas.
¿Qué preguntas impulsan tu proyecto? ¿Qué sabes y qué desconoces? En las primeras etapas de tu proceso de escritura, en mi opinión, no deberías escribir en absoluto; deberías pensar en tu proyecto de una manera que te dé pistas sobre qué es lo que realmente quieres hacer y cómo quieres hacerlo.
2) Visión
Una vez que hayas respondido a este tipo de preguntas, es hora de reservar unas horas para visualizar tu futuro. Sal a tomar un café un domingo por la mañana o reserva esas preciosas horas después de que los niños se acuesten. Este es tu momento para desarrollar y consolidar tus ideas .
¿Cuál será la trama de tu novela? ¿Qué temas abordarán tus ensayos? ¿Cuáles son las inquietudes de tu poesía, las formas que te inspiran, los temas específicos sobre los que te gustaría escribir?
Este es el momento de plasmar todas esas ideas generales que te rondan la cabeza en un plan concreto. Sé lo más específico posible: este plan será la hoja de ruta de tu proyecto.
3) Reserva un tiempo regular
¿Solo tienes media hora al día para escribir? ¿O incluso quince minutos? No hay problema. Cuando tienes un plan detallado para tu proyecto, no es difícil aprovechar pequeños periodos de tiempo para ejecutarlo.
Quizás no hagas más que escribir unas cuantas frases, un párrafo o unos versos de poesía. Pero si escribes todos los días —preferiblemente a la misma hora, aunque no necesariamente—, progresarás en tu proyecto.
Si encuentras más tiempo para dedicarte a escribir a diario, ¡genial! Pero recuerda que puede ser difícil continuar con una práctica que se basa en encontrar grandes bloques de tiempo. Si aprendes a escribir en intervalos más pequeños, acabarás escribiendo con más frecuencia (lo cual suele ser la clave para terminar).
Y si pierdes el hilo, recuerda que tienes un plan al que puedes volver (y modificarlo si es necesario). No es necesario que tengas presente el panorama general de tu proyecto en todo momento; basta con que sigas avanzando poco a poco, ya sea poco o mucho a la vez.
4) Encuentra a tu gente
Una de las mejores formas de garantizar que mantengas tu práctica de escritura a largo plazo es encontrar un grupo de personas que te hagan responsable de la creación de nuevos trabajos.
Este grupo puede ser un grupo tradicional de crítica de escritores o un grupo generativo como "Siéntate, Cállate y Escribe". Si vives en un lugar donde escasean los escritores, incluso una campaña de Patreon que te obligue a rendir cuentas a tus patrocinadores por tus nuevos trabajos cada mes funcionará.
Por supuesto, es posible establecer una práctica de escritura de forma aislada, pero a largo plazo, es muy útil saber que hay alguien del otro lado, esperando leer lo que has escrito.
5) Hazlo divertido
Finalmente, si notas que tu proceso de escritura pierde fuerza, detente y pregúntate por qué. ¿Será porque te has vuelto demasiado crítico con tu propio trabajo? ¿Porque no has recibido la validación y la dirección que brindan los comentarios? ¿O porque estás siguiendo el proyecto equivocado, uno que no te apasiona?
Al final, puede que te parezca más bien que tu escritorio es incómodo o que no te gusta trabajar en un lugar demasiado ruidoso (o demasiado silencioso). Quizás necesites escribir a mano, al aire libre o junto a una ventana. Quizás necesites escribir con una taza de café en la mano, después de una copa de vino o después de leer un poema de tu poeta favorito.
Sea lo que sea, es tu obligación descubrirlo y experimentar hasta encontrar las herramientas, el entorno y el contexto que envíen una señal clara a tu mente: escribir es divertido y este es un gran momento para hacerlo realidad.
Ahora te toca a ti. ¿Qué te cuesta escribir? ¿Y qué te ha ayudado más a mantener el rumbo?

Autora, editora y educadora, la obra creativa de Susan DeFreitas ha aparecido (o se publicará próximamente) en The Writer's Chronicle, The Utne Reader, Story, Southwestern American Literature y Weber—The Contemporary West , además de en más de veinte revistas y antologías. Es autora de la novela Hot Season (Harvard Square Editions), ganadora del Premio IPPY de Oro 2017 a la Mejor Ficción del Oeste Montañoso. Obtuvo una maestría en Bellas Artes por la Universidad del Pacífico y reside en Portland, Oregón, donde trabaja como editora en Indigo Editing & Publications.