Ernest Hemingway tenía talento literario, pero incluso él encontraba difícil escribir. Por ello, Hemingway se apegó a una rutina de escritura.
Las rutinas de escritura no son uniformes. Seguir su rutina de escritura al pie de la letra no te convertirá en Hemingway, porque lo que le funcionó a él no te funcionará a ti. Sin embargo, conocer su rutina puede inspirarte a experimentar cómo integrar la escritura en tu vida.
1. Priorizar la consistencia.
Tu mentalidad lo es todo. Para Hemingway, escribir era algo que debías practicar como si fuera un deporte. Sobre todo mientras te estás acostumbrando a escribir, dedica un rato a escribir y céntrate en si dedicaste todo ese tiempo a escribir, no en la cantidad de palabras que escribes.
Presentarse es la mitad de la batalla, y cada vez será más fácil.
2. Conócete a ti mismo.
Hemingway se levantaba temprano para escribir por las mañanas porque «no hay nadie que lo moleste». Claro que, si le asaltaba la inspiración, se quedaba más tiempo en su escritorio.
¿Sueles ser más productivo por la noche? ¿Durante el día? ¿Después de una siesta? Si no estás seguro, dedica una semana a experimentar con diferentes momentos de escritura y registra cómo te sentiste con tu proceso de escritura.
Esté atento a los patrones.
3. Separa tu vida de escritora.
El consejo de Hemingway a los escritores es: «Parar siempre cuando sepas qué va a pasar a continuación». Al terminar una sesión de escritura, intenta no dejar que los pensamientos sobre tu trabajo te consuman.
Tu subconsciente es la fuente de la creatividad y trabaja en segundo plano incluso mientras te ocupas de otras tareas. Cuando Hemingway se sentía realmente abrumado, respondía cartas como un bienvenido respiro. Relájate y deja que tu subconsciente idee por ti.
4. Organice su entorno de escritura.
Según Rituales Diarios de Mason Currey, Hemingway «escribía de pie, frente a una estantería que le llegaba hasta el pecho con una máquina de escribir encima». Escribía sus primeros borradores a lápiz y registraba su producción diaria de palabras en una tabla.
Asegúrate de que tu entorno de escritura esté separado, por ejemplo, de tu sala de juegos. Tener un espacio dedicado a la escritura te ayuda a conectar con la mente más rápidamente. Ponte cómodo, pero no demasiado cómodo para escribir.
5. Ten fe en ti mismo.
Reconocer que el bloqueo del escritor es simplemente un bloqueo mental disminuye su poder sobre ti. No es una fuerza inexplicable e invencible; en última instancia, tienes la capacidad de superarlo.
Cuando Hemingway sentía que le asaltaba el bloqueo creativo, «se paraba, miraba el tejado de París y pensaba: 'No te preocupes. Siempre has escrito y escribirás ahora. Solo tienes que escribir una frase verdadera. Escribe la frase más verdadera que conozcas'».
6. Sepa cuándo dejar de escribir.
Los escritores rara vez hablan de este paso, ya que a la mayoría nos cuesta bastante empezar. Pero Hemingway, quien sin duda ha meditado en cada paso de su proceso de escritura, tiene algunas palabras sabias:
La mejor manera es parar siempre cuando vas bien y sabes qué va a pasar después. Si haces eso todos los días mientras escribes una novela, nunca te quedarás estancado.
La próxima vez que pongas los dedos sobre las teclas, piensa en tu proceso de escritura desde la perspectiva de Hemingway. ¡Cuéntanos qué te parece!
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